Omisiones comunes en una entrevista de trabajo
En una entrevista de trabajo, no solo importa lo que se dice, sino también lo que se omite. Muchos candidatos se esfuerzan en mostrar su mejor versión, lo cual es comprensible, pero en ese intento por “lucir bien”, tienden a esconder información que también es relevante para el reclutador.
Uno de los silencios más comunes es el de los empleos anteriores que duraron poco tiempo o que terminaron mal. También se omiten razones reales de renuncia, conflictos con jefes o compañeros, y lagunas laborales que no aparecen en el currículum. Algunos evitan hablar de despidos, de experiencias negativas o de errores cometidos en el pasado. Incluso hay quienes minimizan sus debilidades o responsabilidades en trabajos anteriores.
¿Por qué lo hacen? En muchos casos, por miedo a ser juzgados o descartados. Algunos siguen consejos erróneos como: “mejor no digas eso” o “no expliques mucho si no te preguntan”. La intención no siempre es engañar, sino protegerse.
Sin embargo, esta falta de honestidad puede jugar en contra. Los entrevistadores experimentados saben leer entre líneas y suelen detectar cuando alguien evita un tema. La omisión genera desconfianza y puede hacer que se pierda una oportunidad.
La recomendación para los candidatos es ser honestos con inteligencia. No se trata de contar todo, sino de explicar lo necesario con madurez, destacando lo que aprendieron de experiencias difíciles. A los reclutadores, por su parte, les conviene crear un ambiente donde los candidatos se sientan seguros de compartir su historia sin temor a ser descartados de inmediato.
En una entrevista, la transparencia no es debilidad, es señal de integridad.