Cuatro elementos para guiar un equipo eficazmente
- Conexión emocional y empatía
Los jóvenes necesitan sentirse vistos y comprendidos. Un buen líder escucha activamente, valida sus emociones y muestra interés genuino por sus vidas. La empatía construye confianza, y sin confianza no hay liderazgo real.
- Claridad y coherencia
Establecer normas claras, objetivos definidos y ser coherente con lo que se dice y se hace genera seguridad. Los jóvenes están en proceso de formación de identidad, por lo que necesitan estructuras claras para sentirse estables, sin contradicciones o dobles discursos.
- Fomentar la participación y la autonomía
No se trata de imponer, sino de guiar. Un líder eficaz crea espacios donde los jóvenes pueden opinar, proponer y tomar decisiones. Esto potencia su sentido de responsabilidad, pertenencia y autoestima. La autonomía supervisada fortalece el crecimiento personal.
- Inspirar con el ejemplo
Los jóvenes aprenden más de lo que ven que de lo que se les dice. Un líder que actúa con integridad, humildad y pasión inspira a seguirlo. El ejemplo diario es el mensaje más poderoso.